La gente del tren quiso transmitir esta mañana a Juanjo Olaizola su pesar y malestar por todo lo que está aconteciendo en torno a su figura. Y él, sin perder la sonrisa, como casi siempre, parecía el menos afectado de todos los que acudimos a celebrar la fiesta del Museo Vasco del Ferrocarril. Mientras el cielo lloraba y empapaba máquinas, coches y pasajeros, Juanjo Olaizola, vestido con el sempiterno mono azul de trabajo (apenas le recuerdo vestido de calle), enfundado en sus guantes, abría y cerraba válvulas de sus queridas máquinas para deleitar a sus visitantes con un recorrido por las vías del antiguo tren del Urola. Las locomotoras disparaban al aire fuertes volutas de humo, haciéndose más presentes que nunca, como para recordar a propios y extraños que están ahí, vivas, poderosas, en perfecto estado de forma. Y todo porque Juanjo Olaizola se ha empeñado en que eso sea así; y ha convencido a unos cuantas entusiastas del tren para que sigan sus pasos y preserven de la herrumbre y el abandono estas poderosas máquinas, verdaderas joyas de la institución de Azpeitia.
http://treneando.com/2011/10/08/el-mundo-del-tren-echa-humo-y-duda-de-la-viabilidad-del-museo-vasco-del-ferrocarril-sin-juanjo-olaizola/