Gracias amigos.
Es totalmente entendible lo que planteais. Pero digo yo que igual que a mí me gusta jugar con material y rutas de diferentes países, creo que a los anglosajones debiera pasarles lo mismo. Hacer una ruta escandinaba con su nieve y sus lagos helados, después una italiana con su auténtico saber meridional, después lanzarse a una pendiente con una diesel americana con 60 vagones empujando, más tarde hacerse un lío en una playa de una industria alemana, eso es una gozada y el sumum de la multiculturalidad ferroviaria. Vale que aparece material producido por particulares, eso es cierto, pero esa cerrazón tan chounivista de los creadores del invento me parece anticomercial.
No os doy más la paliza: Con estos bueyes habrá que arar.
Un saludote