El lunes Talgo enviará hacia Las Matas una nueva unidad S-112 en la que han venido trabajando los operarios de Talgo en estas últimas semanas. Allí se incorporarán las cabezas tractoras y se lanzarán a hacer pruebas en vía antes de que se integren, concretamente, en la línea de alta velocidad catalana. Un tren cada mes; un coche cada dos días. La factoría que Talgo tiene en Rivabellosa, en tierra alavesa y en el límite con Miranda de Ebro, afronta la crisis con una cartera de pedidos importante, que le permite aún capear el temporal y seguir con su producción.
En la factoría alavesa, donde trabajan cerca de 400 personas, Talgo fabrica en estos momentos cajas para los trenes de alta velocidad de Renfe y los ferrocarriles bosnios, que han elegido tecnología española para modernizar su flota ferroviaria. Todos los coches van equipados con rodadura desplazable, lo que les permite circular por dos anchos de vía.
Los principales componentes de las dos cabezas tractoras de cada composición se producen en distintas fábricas Bombardier en todo el mundo, incluida la planta de Trápaga, en Vizcaya. El montaje de estas máquinas se realiza en los talleres de Renfe en Villaverde y en la factoría de Talgo en Las Matas (ambas localidades en la provincia de Madrid).
En la explanada de Rivabellosa se van depositando los coches que salen de los talleres, a un ritmo de producción en cadena constante, lo que les obliga en ocasiones a trabajar hasta los sábados o festivos. De aquí han salido en los últimos meses los coches del trenhotel de Talgo y los de alta velocidad de las series conocidas en el argot ferroviario como ‘pato’ o ‘patito’, que aún siguen incorporándose a las líneas de alta velocidad de Renfe.
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