4.6 El Ferrocarril de Valls, Vilanova y Barcelona.
La compañía del Ferrocarril de Valls a Vilanova y Barcelona (V.V.B.) se constituyó en 1878, época tardía en relación con los otros ferrocarriles catalanes que hemos visto. La concesión para esta línea no recibió subvenciones el Estado, y por tanto el ferrocarril no estuvo sujeto a inspecciones gubernamentales.
Su promotor fue Francesc Gumà, empresario catalán que, ante la entrada tardía en los negocios del ferrocarril, planteó una estrategia frente a las compañías ya establecidas basada en fuertes inversiones iniciales en las infraestructuras ferroviarias, que facilitasen unas explotaciones futuras sencillas y a un coste muy reducido, antes que seguir la tónica imperante en nuestro país de reducir en lo posible las inversiones iniciales en las infraestructuras, aunque ello redundase en una explotación más costosa y complicada.
En este sentido, vio la posibilidad de realizar tendidos alternativos a los existentes mediante conexión “directa” entre la ciudad de Barcelona y las ciudades de Madrid y Zaragoza, con trazados que minimizasen las curvas y las pendientes.
La compañía construyó una línea que partiendo de Barcelona se dirigía por la costa a Vilanova i la Geltrú y Sant Vicenç de Calders, para luego dirigirse al interior en búsqueda de la ciudad de Valls. Para ello en el primer tramo entre Barcelona y Vilanova se atravesó el macizo del Garraf mediante la apertura de numerosos túneles consiguiendo un trazado que reducía en gran medida la distancia entre Tarragona y Barcelona, y evitaba las duras rampas de la variante de Martorell.
Para explotar la línea la compañía adquirió coches de bogies(1) a la Sociedad Harlan and Hollings, de Wilmington, y locomotoras de la Rogers Locomotive and Madrines Works(2), de Paterson Nueva York. Este material representó la primera aportación significativa de la industria norteamericana a los ferro-carriles españoles, y en la época tenía fama de ser de los más cómodos y lujosos. Así mismo, este material incorporó como innovación técnica freno automático de aire comprimido Westinghouse(3).
Los costes de construcción de la línea y del material solicitado pusieron a la compañía en una situación económica difícil. No obstante, el trazado mucho más suave que el del ferrocarril de Martorell, el gran diámetro de las ruedas de las locomotoras, el freno automático, y los amplios nuevos coches de bogies, permitieron a la compañía establecer unos servicios más rápidos, cómodos y eficaces que los de la competencia, y a unos costes más reducidos, lo cual le permitió recuperar la fortaleza económica, a la par que afectó a la compañía del Tarragona a Barcelona.
Este éxito inicial impulsó el ánimo de los inversores en proseguir los proyectos de construir un ferrocarril directo de Barcelona a Zaragoza, que evitase el costoso rodeo por Lérida, y otro ferrocarril que partiendo de Caspe, en el recorrido del primero, enlazase también en directo con Madrid, mediante la creación de la compañía de los Ferrocarriles directos de Madrid y Zaragoza a Barcelona.
Las locomotoras del V.V.B.
El V.V.B. adquirió en total 15 locomotoras de cinco modelos diferentes, pero todas ellas de características comunes a su construcción americana.
Presentaban una gran chimenea con un voluminoso parachispas en forma de embudo, un aparatoso parachoques o apartavacas delantero, el enorme fanal sobre un vistoso soporte de hierro artísticamente forjado, y una campana sobre la caldera para llamar la atención en lugar de silbato. La marquesina era de madera y tenía dos niveles: uno central deprimido y dos laterales sobreelevados con asientos. Los ténderes eran de bogies(4), del tipo denominado “Diamond”.
De esta forma llegaron a tierras catalanas unas locomotoras y vagones que recordaban totalmente a aquellos que atravesaban las praderas americanas perseguidos por los indios americanos. No es de extrañar que rápidamente se popularizase el sobrenombre de “Carolinas” para estas locomotoras, sobrenombre que posiblemente recordaba a los estados norteamericanos de mismo nombre.
Los cinco modelos adquiridos eran dos de tipo 2-2-0 “American”, dos de tipo 1-3-0 “Mogul” y uno de tipo 0-3-0 para maniobras. Todas estas locomotoras “Rogers” fueron destruidas tras el informe de 1913 que la compañía realizó sobre la necesidad de desguace de locomotoras de escasa potencia, no llegando a RENFE ninguna de ellas(5).
Serie V.V.B. 1 a 6.
Esta serie se compuso de seis locomotoras, de tipo 2-2-0, pensadas para el arrastre de trenes rápidos de pasajeros. Tenían unas grandes ruedas de 1,735 metros de diámetro.
La serie completa llegó a M.Z.A. donde se numeró del 33 al 38.
Series V.V.B. 51 a 54 y V.V.B. 55 a 57.
Estas series se pensaron para englobar locomotoras mixtas para el arrastre del resto de trenes de pasajeros y para los de mercancías ligeras. Se probaron dos modelos de locomotoras: para la serie 51 a 54 se encargaron cuatro locomotoras de tipo 2-2-0 y rueda mediana de 1,407 metros; y para la serie 55 a 57 se encargaron tres locomotoras de tipo 1-3-0 del mismo diámetro de rueda que en la serie anterior.
A las primeras M.Z.A. les asignó la serie 29 a 32, y a las segundas les correspondió la serie 270 a 272.
Serie V.V.B. 101.
Esta serie estaba destinada a locomotoras de mercancías en rampas. El V.V.B. encargó una única locomotora para esta finalidad del tipo 1-3-0 y ruedas pequeñas de 1,260 metros de diámetro. Su rendimiento no debió de resultar satisfactorio pues no se prosiguió la serie. El único ejemplar se integró en M.Z.A. con el número 452.
Serie V.V.B. 151.
Esta serie se reservó para locomotoras de maniobras. Se encaró un ejemplar de tipo 0-3-0, con ténder separado, del modelo conocido en Norteamérica por “Six-Wheel Switcher”. Era de pequeñas dimensiones y tenía unas ruedas de 1,158 metros de diámetro. En M.Z.A. tuvo la matrícula 453, y su escasa potencia y poco peso adherente la hicieron candidata a ser de las primeras en ser desguazadas bajo el estudio de 1913.
4.7 Ferrocarriles directos de Madrid y Zaragoza a Barcelona.
A finales de 1881, poco antes de la inauguración del tramo Barcelona Vilanova, se constituye la compañía de los Ferrocarriles directos de Madrid y Zaragoza a Barcelona, aunque se la conoció simplemente por el sobrenombre de la compañía de “los directos”, con el objetivo de crear las líneas directas de Zaragoza a Barcelona y de Madrid a Barcelona. El éxito inicial del directo de Barcelona a Sant Vicens de Calders dio alas estos proyectos, iniciando el estudio para las obras del directo a Zaragoza.
Esta línea arrancaría de Roda, en el tramo de Sant Vicens de Calders a Valls, para dirigirse a Reus y desde allí, cruzando la cordillera costero-catalana, hasta Mora, para seguir a Caspe y a la Puebla de Hijar, desde donde enlazaría con el ferrocarril de Zaragoza a Escatrón. Este ferrocarril fue promovido por León Capa con el fin de conectar Zaragoza con las minas de Gargallo y Utrillas. Su débil economía se encontró con problemas financieros insalvables durante la construcción de la línea, paralizando dicha construcción al llegar a la Puebla de Hijar; momento en el que se encontraba cuando fue absorbido por la compañía de los directos, dado que dicho tendido le facilitaba la llegada a la capital del Ebro.
Las obras empezaron pero, una vez pasado Reus, se tuvieron que detener por el problema del cruce de la cordillera costera, y la perforación del túnel de la Argentera. Las dificultades económicas y técnicas debilitaron a la compañía de los directos y la abocaron a tener que promover negociaciones con el T.B.F. para establecer una fusión de ambas.
El ingeniero del T.B.F. Eduardo Maristany acometería las obras del túnel consiguiendo terminarlo en menos de tres años. Ésta sería la obra de excavación más importante efectuada en España hasta el momento, y hasta mediados del siglo XX ostentaría el récord de longitud con 4.043 kilómetros totales de túnel(6).
El T.B.F. asumió la finalización de las obras hasta Zaragoza, pero nuevos problemas económicos llevaron también a esta compañía a emprender conversaciones con el Norte y M.Z.A. para una posible fusión. En 1893 el T.B.F. inauguró el trayecto hasta Caspe, y éste fue el último tramo que emprendió ésta compañía, pues a partir de este punto las obras serían asumidas por M.Z.A. En 1894 esta compañía finalizó las obras entre la Puebla de Hijar y Caspe, consiguiendo enlazar Zaragoza y Barcelona por un recorrido alternativo a la línea de Norte, de perfiles mucho más favorables y 22 kilómetros más corta. Esta nueva ruta permitió a M.Z.A. explotar los expresos Madrid-Barcelona por líneas totalmente propias, y manteniendo una mayor velocidad comercial, reduciendo los tiempos de trayecto respecto a su compañía rival.
Respecto al proyecto del “directo a Madrid”, una vez M.Z.A. tomó las riendas de la compañía, fue lógicamente cancelado, pues suponía una inversión excesiva para establecer un trayecto que básicamente competía con la propia compañía.
Locomotoras del Zaragoza-Escatrón.
El tramo de Zaragoza a la Puebla de Hijar, que permaneció aislado hasta 1894, se explotó hasta ese momento con locomotoras del Zaragoza-Escatrón.
A pesar de la longitud del tramo, de unos 100 kilómetros, la compañía usó un parque muy reducido que apenas permitía mantener un servicio mínimo.
La compañía poseía dos locomotoras de uso industrial y de tipo 0-2-0T, que posiblemente se usaron tan sólo para la construcción de la línea. Eran de la francesa Anjubault, posteriormente Corpet, Louvet y Cía., y poseían unas ruedas de apenas un metro de diámetro.
En M.Z.A. recibieron los números 611 y 612, y fueron destinadas por ésta a las minas de la Reunión. Llegaron a RENFE donde fueron numeradas en la serie 020-0211 y 0212 y se asignaron al depósito de Sevilla. La primera fue desguazada en 1967 y la segunda vendida a la Sociedad Española de Industrias Electromecánicas (SECEM) de Córdoba, ciudad donde se encuentra preservada en un pedestal en la actualidad.
Para el trabajo en línea el Zaragoza-Escatrón poseyó seis locomotoras de tipo 1-2-0, posiblemente adquiridas de segunda mano al ferrocarril Tudela-Bilbao. Cuando M.Z.A. pasó a controlar el T.B.F. tan sólo dos de ellas se mantenían aun en línea, y ésta no consideró interesante el material pues no llegó ni a matricularlas en el parque de M.Z.A., siendo desguazadas.
(Continúa...)
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Notas:
(1) Estos vehículos fueron los primeros de bogies en España. En Europa fueron también de los primeros, si bien los primeros coches de bogies europeos corresponden a dos coches-salón americanos importados por George Mortimer Pullman para demostración del servicio que quería introducir en el continente.
(2) En 1905 esta empresa fue absorbida por American Locomotive Company, ALCO, que en el siglo XX sería proveedora de locomotoras de vapor tanto para M.Z.A. como para Norte.
(3) Estos frenos se utilizaron durante bastante tiempo, incluso con M.Z.A. quien, entrado el siglo XX, al encargar nuevo material de cercanías con las locomotoras construidas por Maffei y los coches construidos por Sant Denis, ademas del freno de vacío también los equipó con este sistema al compatibilizar este material con los coches de Harlan & Hollings existentes. Posteriormente, se sustituyó este freno por el de vacío para estandarizar con el resto de material. Tuvo que pasar casi un siglo para que en España se volviera a la utilizar el freno de aire comprimido, que éste material ya incorporaba en 1881.
(4) Estos ténderes fueron los primeros de bogies en España.
(5) No obstante, los coches de bogies Harlan tuvieron una vida más prolongada llegando a RENFE, y el BB-2597 se encuentra preservado en el Museo de Vilanova i la Geltrú.
(6) Aunque el túnel de Somport, inaugurado en 1928, le supera en longitud, la mayor parte de éste está establecido en territorio francés.