Lo más sorprendente de la estación de clasificación de Zurich, en la foto, es ver cómo está de cuidado su entorno. Limpio, ordenado y cuidado.
A ver si aprendemos aquí, que en cuanto se hacen carreteras, autopistas o nuevas líneas, los materiales sobrantes se dejan a la buena de Dios sin respeto medioambiental (sobre todo el visual).
Saludos,
Tono.